lunes, 9 de marzo de 2015
Horario de Fines de Semana
Sábado
De 8:00 de la Mañana a 12:00 del Mediodía
De 12:00 del Mediodía a 1:00 de la Tarde Almuerzo
De 1:00 de la Tarde a 5:30 de la Tarde
Domingo
De 8:00 de la Mañana a 12:00 del Mediodía
De 12:00 del Mediodía a 1:00 de la Tarde Almuerzo
De 1:00 de la Tarde a 3:00 de la Tarde
Pasos para la Pre- Inscripción
- 1 Creación de cuenta personal a través del vínculo ubicado en la página oficial de la Misión Sucre www.misionsucre.gob.ve
- 2 Inicio de sesión y registro de los datos personales del aspirante, información para su localización posterior.
- 3 Pre inscripción académica. Selecciona el programa de formación que aspira cursar, conjuntamente con el turno de preferencia.
- 4 Consignación de la planilla de pre inscripción conjuntamente con TODOS los documentos requeridos.
Para el Trayecto Inicial se debe considerar
- La fase de preinscripción debe ser realizada por cada aspirante mediante la aplicación web y se considerará exitosa la operación siempre que entregue la documentación requerida junto a dos ejemplares de la planilla impresa, en la aldea más cercana. De no culminar el proceso de pre inscripción, el SUCRE no lo reconocerá como bachiller preinscrito. Todo triunfador (a) para estar en aula y ser reconocido como estudiante de la Misión Sucre, deberá estar registrado y vinculado a un programa de formación, aldea universitaria, turno y unidad curricular. Para ello, la coordinación de aldea, considerará el registro de preinscripción, para la verificación de la documentación entregada por el aspirante. De esta manera podrá ser inscrito definitivamente dentro de la aldea universitaria.
Reseña Histórica de la Mision Sucre
En las últimas décadas del siglo pasado, el Estado Venezolano fue reduciendo progresivamente sus responsabilidades en materia educativa y específicamente en lo que se refiere al nivel de educación superior. De hecho, la inversión realizada en educación superior en Venezuela desde 1989 hasta 1998, evidenció una tendencia descendente, afectada por la propensión a realizar recortes presupuestarios en todos los sectores del ámbito social y, en especial, como una estrategia para construir la viabilidad del proyecto de privatización de la educación superior.
Esto trajo como consecuencia una amplia deuda social acumulada, pues la matrícula universitaria sufrió un estancamiento, favoreciendo la exclusión de los estudiantes provenientes de los sectores más pobres y beneficiando el ingreso a la educación superior a los sectores con mayores ingresos, a la población de las grandes ciudades y a los estudiantes provenientes de planteles privados, la composición social de los bachilleres que ingresaban a las universidades públicas se conformaban, cada vez más y en mayor medida, por ciudadanos provenientes de los sectores socioeconómicos medios y altos de la población, mientras que pocos de los bachilleres pertenecientes a los sectores menos favorecidos de la población logran integrarse al sistema de educación superior, los cupos universitarios estaban reservados para una minoría, para una élite que además está en contra de permitir el acceso del pueblo al conocimiento, de que los pobres atraviesen los umbrales de las universidades como estudiantes y como egresados, arguyendo que “la universidad no es para todos, porque no todo el mundo es apto para entrar a la universidad.
Tendencia que contraviene el sentido de promoción social que ha de tener la educación y que facilita el incremento de las brechas de inequidad que existen en nuestro tejido social.
A la par de este fenómeno, la educación superior de gestión oficial disminuyó sensiblemente su participación en favor de la educación de gestión privada. Aunque existía el marco legal que comprometía al Estado a proveer al pueblo soberano de enseñanza, siempre fue más conveniente silenciar, enterrar conciencias y reprimir cualquier pensamiento revolucionario.
El maestro Simón Rodríguez (Samuel Robinsón) decía sobre la educación: “está vinculada a la formación de virtudes sociales; amor a la patria, que es el bien común, y amor al trabajo productivo, entendido como actividad liberadora”.
En el pasado, el país no era un bien común; era propiedad de unos pocos, de los amos del valle que entendieron que la única manera de abusar de un pueblo era dejándolo ciego, excluyéndolo, anulando sus derechos y cerrando posibilidades para que adquieran herramientas para reclamar.
Sin embargo, las herramientas existían. La Constitución de 1961 declaraba en su artículo 55 que el Estado debía proveer los medios para que todos pudieran cumplir el deber de estudiar. En el artículo 78 asumía la responsabilidad de crear y mantener “escuelas, instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso a la educación y a la cultura, sin más limitaciones que las derivadas de la vocación y de las aptitudes”.
Según estas elites, muchas personas en Venezuela tenían vocación de pobres, y la gran mayoría era inepta para continuar sus estudios. Además los cargaron de culpa, señalándolos por no haber continuado sus estudios, por haber “desertado”; pero no reconocían que nadie aprende en circunstancias de pobreza, de hambre o de violencia; que la mayoría no deserta, ni abandona voluntariamente el saber.
La educación es un derecho humano y un deber social, obligatorio y gratuito, que a la vez constituye la raíz esencial de la democracia. Está orientada al desarrollo pleno de la personalidad para una existencia digna, que transcurra con una valoración ética del trabajo y con una conciencia de participación ciudadana en la toma de decisiones.
Pero para llevar este concepto a la realidad fue necesaria la presencia de un gobierno humanista, que no estuviera encabezado por empresarios o mercachifles de patrias; al contrario, que fuera consciente de las diferencias abismales entre las personas que comparten la nacionalidad venezolana y estuviera dispuesto a trabajar en ello.
Desde 1999 el Gobierno bolivariano de Venezuela embazado por el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías se ha convertido en garante de un Estado de derecho, de justicia, de equidad y de acceso real a los derechos de los más desfavorecidos (un proceso donde la demagogia queda en el pasado); por su continuidad, coherencia y objetivos finales.
En toda la historia de la democracia venezolana, los dirigentes arrojaban migajas al cerro para ganar el favor popular, para mantenerse en el poder. En el presente, es otro el interés del Gobierno bolivariano; se trata de refundar la República, de legar un país de iguales a los que vienen, de construir un nuevo modelo de sociedad, con ciudadanos y ciudadanas para la misma; y el único instrumento posible para llegar a tal fin es la educación concientizadora.
El sistema educativo venezolano transita un nuevo camino, necesario para la construcción de una nueva sociedad, de la República que nació en 1999, con una Constitución que revirtió las tendencias neoliberales y elitistas que reinaban en Venezuela; pero sobre todo, la nueva Carta Magna busca dejar en el pasado una enorme deuda social. La más grande deuda que contrajo el país petrolero no fue con el Fondo Monetario Internacional, ni con el Banco Mundial, ni con otros gobiernos del mundo; fue con su propio pueblo, sumiéndolo en la ignorancia como una víctima de la negligencia y del egoísmo del saber.
Objetivos
El programa de inclusión, busca facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los bachilleres, en concordancia con los postulados de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Además, se plantea garantizar el acceso a los nuevos bachilleres que egresen de la Misión Ribas; promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de un nuevo modelo educativo universitario y formar los ciudadanos profesionales requeridos para el desarrollo en los términos de la Carta Magna.
Entre los planes para lograr la incorporación definitiva a la educación superior se encuentra, la cuantificación y caracterización de la población de bachilleres que no han podido estudiar en la universidad.
Por otro lado, el diseño e implantación del Programa de Iniciación Universitaria (PIU) que favorece el tránsito de los bachilleres a la educación superior. El aumento de la matrícula en las instituciones universitarias. La conformación de una red con todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan cooperar de manera sustantiva en el desarrollo y consolidación de la Misión Sucre.
El desarrollo de currículos que contribuyan e impulsen el Proyecto de Desarrollo Nacional Endógeno y Sostenible también es esencial, pues se pretende propiciar un currículo abierto, flexible, dinámico e innovador que desarrolle e innove planes de estudio, metodologías y recursos para el aprendizaje.
Además, se plantea garantizar el acceso a los nuevos bachilleres que egresen de la Misión Ribas; promover la reflexión, discusión, concepción e implantación de un nuevo modelo educativo universitario y formar los ciudadanos profesionales requeridos para el desarrollo en los términos de la Carta Magna.
Entre los planes para lograr la incorporación definitiva a la educación superior se encuentra, la cuantificación y caracterización de la población de bachilleres que no han podido estudiar en la universidad.
Por otro lado, el diseño e implantación del Programa de Iniciación Universitaria (PIU) que favorece el tránsito de los bachilleres a la educación superior. El aumento de la matrícula en las instituciones universitarias. La conformación de una red con todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan cooperar de manera sustantiva en el desarrollo y consolidación de la Misión Sucre.
El desarrollo de currículos que contribuyan e impulsen el Proyecto de Desarrollo Nacional Endógeno y Sostenible también es esencial, pues se pretende propiciar un currículo abierto, flexible, dinámico e innovador que desarrolle e innove planes de estudio, metodologías y recursos para el aprendizaje.
¿ Qué es la Misión Sucre?
La Misión Sucre nace para romper, por la vía de la Educación Superior, estos círculos de exclusión. Su objetivo es incorporar a la universidad, a todos los bachilleres que quieren estudiar, cumpliendo con el derecho a la educación, contenido en el capítulo VI (De los Derechos Culturales y Educativos) de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)